top of page

“Nunca voy a perdonar lo que le hicieron a mis sobrinos”

Con esas palabras María Rosa Gui cerró su testimonio en la jornada del pasado miércoles 16 de abril ante el TOFC1.

     La testigo declaró sobre el secuestro de Elba Ramírez Abella y el asesinato de Arturo Baibiene, durante un operativo conjunto realizado el 26 de abril de 1977 por las fuerzas represivas en Berisso. Ante la atenta mirada de los jueces Rozanski, Jantus y Vega, Maria Rosa Gui relató el secuestro de su prima Elba Ramiez Abella y la recuperación de sus sobrinos Leticia y Ramón Baibiene.

 

     María Rosa recordó que a mediados de abril de 1977 su prima Elba visitó a su madre junto a una amiga. Elba fue con sus dos hijos, Leticia de tres años y Ramón de un año y medio; y tambien fue Liliana Pizá, amiga de Elba, con su beba Julia. “Me dejan a los chicos y los pasan a buscar. Y lamentablemente fue la última vez que la vi viva a mi prima”, contó María Rosa.

 

     Al ser consultada por la querella por la fecha del secuestro de Elba, la testigo menciona el 26 de abril de 1977. Además mencionó que tres días después la noticia de un supuesto enfrentamiento se publicó en el diario “El Día”. “Algunas personas se habían enterado, entre ellos mi marido y mi suegro; una noche antes, pero no me habían querido decir”, sostuvo María Rosa. Y continuó: “se decía que hubo un gran enfrentamiento y tiroteo en la ciudad de Berisso. Que habían sido abatidos dos personas de sexo masculino, uno de apellido Paira y otro Arturo Baibiene. En primera plana, estaba la foto de Arturo Baibiene”. 

 

     Cuando Maria Rosa se enteró de la muerte de Arturo y del secuestro de Elba, llamó a su madre para comunicarle lo que había pasado; y decidieron ir a la casa de Elba y Arturo en Berisso.“Yo iba con miedo y preocupación, tenía 21 años.. En el diario dijeron tiroteo y enfrentamiento, pero no fue así”.

 

     María Rosa y su madre se preguntaban por el paradero de Leticia y Ramón. Al llegar al barrio, consultaron a algunos vecinos y les dijeron que dos o tres días antes habían llegado cerca de la mañana, camiones del ejercito. Bajaron militares con fusiles, rodeando la cuadra.“Habían entrado a la fuerza a la casa de Elba. Posteriormente la sacaron encapuchada y la introdujeron a un falcón con civiles. Los vecinos no habían visto a los chicos”, afirmó María Rosa ante el TOFC1.

 

     Una vecina las atendió temerosa, negando tener alguna información al respecto, hasta que luego les confesó que los chicos habían permanecido en su casa, hasta horas de la noche del 26 de abril, pero luego se los llevaron. Luego de la consulta a los vecinos, María Rosa y su madre decidieron ingresar a la casa de Elba y Arturo y allí se dieron cuenta de que no había sido un enfrentamiento, no había rastros de tiros. Sin resistencia.

 

     “Estaba todo desordenado, no había ni la ropa de los niños, sacaron todo, desmantelaron la casa. Los represores se habían llevado muebles, la cocina, hasta los juguetes”, dijo la testigo.Después de Berisso, pasaron por la Casa Cuna y tampoco lograron dar con los chicos.Mientras María Rosa y su madre buscaban por un lado; sus tíos Ignacio Ramírez Abella, padre de Elba y Carlos Ramírez Abella, padre de Alicia, también desaparecida; buscaban en comisarías y juzgados.

 

     Al fin, aparecieron los chicos. Pero, contó María Rosa, “no eran dos, eran tres: Leticia y Ramón Baibiene, Julia Pizá. Yo la había visto el día que mi prima y su mamá Liliana, los habían dejado en casa de mi madre”.

 

     María Rosa, recordó frente al juez Rozanski, el estado en el que se encontraban los tres niños. “Era deplorable. Calamitoso. No solamente por el hecho de estar sin sus padres, sino el estado físico que tenían. Ramón estaba deshidratado; y ninguno tenía ropa propia. Estaban todos sucios y con hambre. La bebé, la primera noche, dormía diez minutos y lloraba; dormía diez minutos y lloraba”.

 

     Y continuó: “Me acuerdo que nos miraban a todos como diciendo: a estos si los conozco, son de mi familia. Al otro día los llevamos de inmediato al pediatra, porque sabíamos que pediatra los atendía.Al nene que, ya es un hombre, le tuvimos que dar suero, por estar deshidratado.Y eso lo quiero dejar recalcado, no me pareció algo correcto con respecto a tres criaturas que eran muy chiquititos para entender lo que pasaba”.

 

     María Rosa y su familia, consultaron a sicólogos por la situación de Leticia y de Ramón; y les aconsejaron no preguntarles nada, que ellos solos iban a empezar a hablar, lentamente.Y a medida que preguntaran había que decirles la verdad. “Y fue así”, aseguró María Rosa en su declaración. “Empezaron a preguntar por su mamá y lo que le paso.

 

     En ese sentido, la testigo contó que Leticia un dia dijo: “yo se lo que le paso a mi mama. Pasa que mi mama se porto mal. Y porque se porto muy mal, por eso le pegaron. Y no sabes como le pegaron, Tía. Le pegaron con los puños cerrados, en la espalda y le pegaron y le pegaron”.Además, de recordar Leticia, cómo golpearon a su mamá, mencionó que un hombre de bigotes fue quien le dijo a la pequeña que golpeaban a su madre, porque se había portado mal. Querían hacerle creer a una nena de tres años y medio, que su mamá era una mala persona.

 

     “La beba, Julia, se pudo salvar porque Leticia, no se quiso desprender de ella.A pesar de que tenia 3 años y medio. Cuando va el abuelo y el tío a retirarlo a la comisaría de Berisso, Leticia dijo que tenía que llevarse a su prima”, contó María Rosa. Al finalizar su declaración, la testigo sostuvo que nunca va a perdonar lo que le hicieron a sus sobrinos. Dejarlos sin padre, sin madre y decirles que su mamá era una mala persona.

 

    Hormecinda Pedraza

 

     La Jornada del 16 de abril, culminó con al declaración de la testigo Hormecinda Pedraza, quien era vecina del matrimonio Bogliano. Adrian y Susana, vivían frente a la casa de Hormecinda en Villa Elisa, quien al regresar de su trabajo en la fábrica de Alpargatas, vio como se los llevaba un comando militar.“Yo trabajaba en el horario de 14 a 22. Llegaba a las once u once y cuarto a mi casa. Cuando llegué, mi esposo que es discapacitado, estaba esperándome, muy asustado. En un primer momento no supe por qué. Le dijeron que cerrara la puerta y se quedara dentro. Cuando llegue el estaba muy asustado, como pudo me explico que había gente armada enfrente. Cuando me metí adentro a cambiarme el volvió a salir. No comprendió las órdenes y lo mandaron de nuevo mas enérgicamente adentro”.

   

     Hormecinda luego miró por la ventana, preguntó y le explicaron que algo pasaba en esa casa. “Mi casa estaba enfrente del matrimonio y de ahí pude ver cuando sacaban al señor y a la señora Susana. Vi salir de un baldío al lado de la casa, supuestamente militares con armas y después se fueron”, contó.

 

    “Pasaron unos días y volvieron. También trabajaba de noche yo, volví y me encandilaron con una luz. Me preguntaron mi nombre y de dónde y a donde iba.Mire por la ventana y vi que salía una camioneta tipo flete cargada con muebles o cosas. Tardaron entre media o una hora. Entre dos o tres viajes hicieron; y ví que se llevaban la antena de la televisión con su cable y la calesita de los chicos”, finalizó la testigo.

  • Wix Facebook page
  • Twitter Classic
  • Google+ App Icon
bottom of page